Pero Queda Cristo
Por la mañana yo dirijo mi alabanza,
A Dios que ha sido y es mi única esperanza;
Por la mañana yo le invoco con el alma,
Y le suplico que me dé su dulce calma;
Y El nos escucha pues nos ama tanto,
Y nos alivia de cualquier quebranto;
Nos da su mano poderosa y fuerte,
Para librarnos de la misma muerte.
Cuando la noche se aproxima, tenebrosa,
En elevar mi oración mi alma se goza;
Siento su paz inagotable, dulce y grata,
Porque temores y ansiedad, Cristo los mata;
También elevo mi cantar al cielo,
Cuando a la tierra baja negro velo,
El sol se oculta, pero queda Cristo,
A quien mis ojos en el sueno han visto.
Brilla su lumbre bienhechora mientras duermo;
Pone su mano sobre mí si estoy enfermo;
Me fortalece y me alienta con el sueno;
Pues es mi Dios, mi Redentor y El es me dueño,
Y al despertar por la mañana siento
Que Dios invade mi alma y pensamiento;
Veo a Jesús mi Redentor amado,
Por me pecado en la cruz clavado.
Veo la sangre de sus manos que ha brotado;
Veo la sangre borbotando en su costado;
Una corona con espinas en su frente;
La multitud escarneciéndole insolente;
Pero ¡Que dicha cuando al cielo sube
Lleno de gloria en majestuosa nube!
El nos promete regresar de nuevo,
Para llevarnos a gozar al cielo.
Comp: Hno Roberto C. Savage